Add parallel Print Page Options

Y midió otros mil, é iba ya el arroyo que yo no podía pasar: porque las aguas se habían alzado, y el arroyo no se podía pasar sino á nado.

Y díjome: ¿Has visto, hijo del hombre? Después me llevó, é hízome tornar por la ribera del arroyo.

Y tornando yo, he aquí en la ribera del arroyo había árboles muy muchos de la una parte y de la otra.

Read full chapter